LOS PROBLEMAS DEL MODELO

Jujuy, 09 de Agosto de 2011

Los lamentables sucesos acaecidos en nuestra provincia, dan cuenta de una lógica de gobernar contradictoria e incomprensible que se plantea desde el gobierno nacional y que, con incondicional sumisión se replica en el orden local.

“El modelo”, pretende ser referido como una gestión exitosa, abrumando con adjetivos de grandeza y calificando las acciones y decisiones del gobierno como “históricas”, “inéditas” o como la primera vez que en la vida institucional argentina se hace tal o cual cosa.

Para respaldar el discurso se repiten números e índices gravemente cuestionados, que pretenden sembrar en la percepción colectiva la idea que nada podría ir mejor.

En tanto, todos aquellos que se encuentran detrás de la escena y que no son alcanzados por las luces del “show”, viven en la pobreza, atados a la indignidad de un plan social, en el mejor de los casos y con ninguna oportunidad de aspirar a ser los forjadores de su propio futuro.

En este marco, con pertinaz obstinación, “el modelo” es incapaz de reconocer los males de la Argentina como país y de sus provincias. Es así que su ceguera deliberada niega realidades tales como la inflación, la inseguridad, la escasez de combustible, la pobreza, la desigualdad de oportunidades, los miles de jóvenes que no trabajan ni estudian en el país.

A este escenario complicado de graves problemas que no se quieren reconocer y menos abordar, se le suma una actitud confrontativa y contradictoria en donde los derechos se respetan de manera pendular, y esa oscilación depende de los actores intervinientes. Así es como la protesta social se reprime o no, de acuerdo a las banderas de los manifestantes. Se habla de federalismo y se reduce al mínimo la capacidad de las provincias de operar, con dispar atención de sus necesidades y con irregular cumplimiento de los compromisos. Se habla de unión y se agravia a todo el que piensa diferente. Se habla de transparencia y se construyen adefesios indefendibles como las candidaturas testimoniales en el 2009. Se promueven las investigaciones judiciales hasta las últimas consecuencias de los adversarios, pero se silencian las voces que juzgan con rigor severo, cuando los sospechados son allegados al gobierno.

Definitivamente “el modelo” es difícil de entender por las contradicciones que entraña y por las parcialidades de la realidad de las que se ocupa, despreciando el resto de los problemas que ha decidido no ver.

Pero la realidad, convenientemente disimulada, invade con su fuerza arrolladora de verdad y cuando lo hace, suceden episodios que luego lamentamos, porque el sabor amargo que dejan es que, son hechos que se podrían haber evitado.

La prevención tiene que venir de la mano de no temer a reconocer la realidad y los problemas. Es lógico que si se niegan los problemas nunca se van a solucionar y este es el mayor defecto que tiene “el modelo”, que por querer ser “modelo” busca idealizarse asimismo y no admite contener errores o desaciertos.

Pretende constituirse como un tipo ideal de gobierno con una asepsia total que en el ánimo de convencer, termina convenciendo a sus oradores que no hay nada por resolver.

Si en cambio “el modelo” se aviniera a reconocer que sus ejecutores son humanos, y les quitara esa aura de sobrenaturalidad que pretende darles, admitiría errores, reconocería problemas y su visión podría agudizarse permitiéndole detectar la verdadera situación en la que se encuentra la Argentina en toda su extensión.

Aspiramos a construir una oportunidad para esta provincia, no desde un “modelo” sino desde el proyecto gestado por hombres y mujeres de buena voluntad, con virtudes y defectos, pero con una pasión por hacer de Jujuy una gran provincia en la que todos sus habitantes, sin distinciones puedan acceder al bienestar y a una buena calidad de vida.